En 1542 el gobernador de Perú, Cristóbal Vaca de Castro, informaba al rey que entre la provincia de Chile y el rio grande que llaman de La Plata, hay una provincia que se llama Tucma (...) que dicen que es muy poblada y rica. Las no-ticias de una tierra rica y promisoria, gobernada por un cacique poderoso, convirtieron a Tukma en una región tan desconocida como atrayente para el proceso de conquista que se iniciaba desde el Cuzco hacia el sur. En manos de la administración colonial la voz prehispánica Tukma fue apropiada para designar una gobernación que, desde las altas cumbres de la cordillera, incluía las punas y valles de los diaguitas hasta las yungas del oriente y las sierras de los comechingones.